martes, 8 de febrero de 2011

Terror Nocturno


No están esta noche los insectos
cuyo ruido blanco perfecto
con alas y patas silencia
el estrépito de una ausencia.

Luna inoportuna, luna llena,
alumbra penumbras y condena
a verlo todo, a temer nada:
ninguna sombra agazapada

Porque el rumor infesto, junto a lo oscuro
-presente cruel, funesto futuro-
prende la alerta, peligro de muerte,
comprende la presa y elude su suerte.

Pero el plenilunio más la calma
dejan a uno -y a su alma-
ciego, sordo y encerrado.
Absorto en la celda del pasado.

                                              San Luis, enero de dos mil once

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