viernes, 18 de febrero de 2011

Romance para la Princesa de la Baldosa

No, no es la Bella Durmiente
la que yace ahí en la esquina.
No es un hechizo de brujas,
lo que la tiene dormida
No son príncipes azules
aunque en ése color vistan,
aquellos hijos de yuta
no rescatan, ni la miran.

Vista de abajo, una rosa,
solamente tiene espinas.

Similar a Cenicienta
por no calzar zapatillas,
su carruaje será el SAME,
su lecho blanco, camilla.
“Intoxicación aguda”,
blasón de la medicina.
Con un ojo entreabierto
su majestad se retira.

Princesa de la baldosa
otra rosa pura espina.

martes, 8 de febrero de 2011

Terror Nocturno


No están esta noche los insectos
cuyo ruido blanco perfecto
con alas y patas silencia
el estrépito de una ausencia.

Luna inoportuna, luna llena,
alumbra penumbras y condena
a verlo todo, a temer nada:
ninguna sombra agazapada

Porque el rumor infesto, junto a lo oscuro
-presente cruel, funesto futuro-
prende la alerta, peligro de muerte,
comprende la presa y elude su suerte.

Pero el plenilunio más la calma
dejan a uno -y a su alma-
ciego, sordo y encerrado.
Absorto en la celda del pasado.

                                              San Luis, enero de dos mil once